jueves, 2 de agosto de 2007

Héroe


Según la real academia de la lengua es:
“2. Hombre que lleva a cabo una acción heroica.”


No se puede menos que elogiar a Gustavo Moncayo quien desde el 17 de junio inició una travesía de mas de 1087 kilómetros desde Sandoná (Nariño) hasta Bogotá; el largo recorrido del padre del suboficial secuestrado Pablo Emilio Moncayo, quien lleva secuestrado por las farc hace 10 años, hace que nuestro sentimiento patrio se renueve y todos clamemos por una salida negociada al conflicto, la verdad no estoy de acuerdo con un intercambio humanitario, me parece que la gente no tiene precio y que al “intercambiarlos” le ponemos una etiqueta valorizada a cada policía, soldado, o simplemente a cada ciudadano.

Pero este hombre, que es un colombiano mas, nos demuestra que con resistencia pacifica se pueden cambiar paradigmas y que una convicción mueve multitudes, creo firmemente que tanto los secuestrados, como los familiares de ellos, como todos nosotros necesitamos poder dormir tranquilos cada noche en nuestra casa, abrazando a nuestra familia, conociendo a nuestros hijos y viendo a nuestros padres y abuelos envejecer tranquilamente, desgraciadamente tanto el estado como el grupo terrorista que tiene secuestrados a esta gran cantidad de personas solo nos ven como fichas de un ajedrez, donde nadie quiere perder su, supuesta, posición dominante.

Profesor Moncayo, hoy usted no es un profesor de un pueblo en Nariño, hoy usted es un maestro que le enseña a Colombia que vale la pena vivir en este país, que existe la esperanza, y que el amor de un padre nunca es lo suficientemente grande, a mi me enseña que este desangre fratricida que nos asesina poco a poco, no solo se refiere a lo que veo todos los días en televisión como un lejano conflicto y que la frase esa famosa “que la guerra nos esta afectando a todos” es verdad, usted a través de su tragedia personal ha logrado que el mundo, pero mas importante aun, que Colombia misma se entere que sus hijos se están muriendo en las selvas o secuestrando o secuestrados y que así no vale la pena vivir.

Profesor Moncayo siga en su búsqueda, pero en el camino no se olvide de Colombia, de sus hijos, y de que el principal enemigo que se debe derrotar, es la indiferencia nuestra, la indiferencia de este pueblo ingrato que entierra en vida y que condena al destierro a sus hijos.