martes, 23 de octubre de 2007

NOMADAS

Avocado a una reflexión sobre la migración de nuestros pueblos tercermundistas hacia "mejores" horizontes en el primer mundo; me encuentro con una realidad, mi realidad terca y obstinada de no entender razones para salir de mi país.

Cuando leo, veo y escucho la cruda realidad de mi país (asesinatos, robos, secuestros, y todo el sinfín de desgracias) a mi como a cualquier ser humano me dan ganas de escapar, es un acto reflejo, una herencia animal de físico instinto de conservación, pero se antepone un amor inconmensurable a mi pedazo de tierra, a esta tierrita donde mi antepasados murieron buscando una mejor vida para mi...y si me voy? los defraudaría?

Yo se que la respuesta obvia es que puedo querer a mi país desde la conchinchina, que el amor es un sentimiento etéreo y transmutante, pero el amor es terco y no entiende razones (eso sonó como canción) y mi razón es esta, yo quiero que mis hijos nazcan y que vivan en este país, que tengan lo que yo tengo, que amen a este país estando en el, así este país niegue oportunidades, así te mate si hablas mas de la cuenta, así este país desde siempre haya estado dirigido por las mafias cualquiera que ellas sean.

Mi Colombia tiene algo que no puedo encontrar en otra parte y eso es tanto colombiano junto que a la vez es su mayor atractivo y su mayor desgracia.